"-¿Tenéis algo de música?- dijo Rudy, admirándose de su propio reflejo en el espejo velado por el humo que había encima del sofá y que estaba ya en la casa cuando nos mudamos a ella.
- Tiene algunos discos- dijo Berner, refiriéndose a nuestro padre.
- Me gustaría oír uno- dijo Rudy. Se puso las manos en las caderas, como en las fotografías del general Patton que yo había visto en World Book.
Berner fue hasta el tocadiscos y sacó del armario de los discos de 78 rpm uno de los preferidos de nuestro padre: The little Brown Jug. Nuestro padre tenía un gran respeto por Glenn Miller porque había muerto por su país."
Canadá, Ricard Ford
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