Páginas

miércoles, 19 de enero de 2011

De Pascal Quignard

"Ha perdido su voz, ha seguido la calle del Arbre-Sec y bordeado la orilla del Sena. Ha sido abandonado por la infancia, el verano ha terminado, se ha apresurado en llegar a casa de Sainte-Colombe (el escritor se está refiriendo al músico Marin Marais). Durante tres siglos no se supo nada de la obra de Saint-Colombe. No se había conservado nada; Paul Hooreman encontró en 1966 cinco conciertos para dos violas de una belleza muy difícil y dolorosa. Sainte-Colombe, Maugars, Caignet y la mayor parte de los violas de entonces valoraban más que nada la expresión, los grandes contrastes de altura y timbre, la variedad, el énfasis y el desgarramiento de los colores, de los affetti. Ellos lo conseguían trabajando la extraordinaria tesitura sonora, acrecentando las múltiples posibilidades sonoras que ofrecían todos los registros y las cuerdas de los instrumentos de la época (violas de cinco, después seis, luego siete y más tarde ocho cuerdas) y todas las maneras de tocarlas con el arco o el dedo, multiplicando y miniaturizando las alteraciones y su improvisación, delimitándolas tanto en la pronunciación como en el tiempo. Era preciso, una y otra vez, que se hiciesen oír  varias voces simultáneamente, un alto voluble, un bajo muy pausado o duro, siempre contrastantes, patéticos, siempre turbadores, el juego de la melodía y de la armonía que se disputan una y otra vez las partes de la obra. Jean Rousseau decía que al intérprete de viola se le encomendaba la misión de imitar todo "lo que de encantador y agradable puede provocar la voz", con la ternura, con la delicadeza, con la tristeza y con el espanto que se proponía hacer sentir. Tenía que mantener esos afectos, esas voces diferentes y al mismo tiempo siempre independientes, y aturdir a aquel que les prestase oído hasta el punto de que se sorprendiera ante el hecho de que una sola fuente sonora pudiese hablar tantas lenguas y disponer de tantas emociones."

                                                           De "Un episodio extraído de la vida de Marin Marais",                                                              en "La lección de música", Pascal Quignard.





Publicado el 12 de nov. de 2014
Extracto del concierto de Jordi Savall para viola da gamba del ciclo “Origen y esplendor de la viola da gamba”. Obras de J. de Sainte-Colombe (padre), J. de Sainte Colombe (hijo) y J. S. Bach.
Ciclos de Miércoles, 28 de mayo de 2014.

No hay comentarios:

Publicar un comentario