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viernes, 29 de octubre de 2010

"Claro de Luna", Beethoven.

Adagio (primer movimiento) de la Sonata nº 14 en do sostenido menor, op. 27/2, “Claro de Luna” de Beethoven

La sonata en el siglo XVIII (Haydn, Mozart) tiene una forma musical determinada, casi precisa, pero Beethoven a principios del siglo XIX (Bonn, 1770–Viena, 1827) desarticula esa forma esteriotipada y la convierte, como en este ejemplo, en “Claro de luna”, casi en una Fantasía, es decir, en una forma mucho más libre en cuanto a estructura.
La melodía de esta obra tiene un claro carácter ensoñador, conviertiéndose por ello en una de las piezas más señaladas del llamado Romanticismo musical, período de la historia de la música que se desarrolla en el siglo XIX y que inaugura Beethoven.
El título “Claro de Luna” no se lo puso Beethoven, él sólo compuso una sonata, “casi una fantasía” es lo que la llamó. Fue L. Rellstab quien la denominó así porque decía imaginar con este primer movimiento, el adagio, el “lago de Vierwaldstatt en el claro de luna”; con ello añadió una idea no musical a la composición de Beethoven, sugiriendo sensaciones e ideas no musicales. Son, también, numerosas las especulaciones sobre si Beethoven plasma en la sonata el infortunado amor con su alumna Giulietta Guicciardi, a quien está dedicada la sonata.
Esta versión está interpretada por Baremboim:


       

2 comentarios:

  1. Esta mítica pieza tiene tanta fuerza por si misma que se pierde la interesante forma global que Beethoven le dió con los otros dos movimientos. Es una forma que acelera desde la triste resignación inicial, pasando por la esperanza del movimiento central y llegando a la rabia y fuerza descomunal del presto agitato final. Del dolor a la ira pasando por la resignación. Tres estados de ánimo claramente definidos

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    1. Gracias por visitar el blog y por tu comentario. Creo que uno de los secretos es la tonalidad.

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